La duna sin aristas de tu pelo
Enmarca en claroscuro tu perfil
Y el borde inquieto de mis ansias mil
Se esconde entre los pliegues de tu velo.
Sumergido en las ondas de mi celo
Sueño tu lisa playa de marfil
Y el flotar de mi barca entre lo añil
Agudiza la espina de mi anhelo.
Mas tu mano me marca el trazo duro
De la línea que amarra mi sentido
Con el vidrio que araña mi fiereza
Y mi empuje se pierde frente al muro
Que defiende tu nardo florecido
Francisco Becerro (mi abuelo)
Como no, un soneto! Eso es genética!
ResponderEliminarjajaja se ve se ve, también tenéis una fijación por los versos endecasílabos ee¿? jajaj
ResponderEliminarSin versos endecasilabos, no seria un soneto de verdad, chavalote!
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